"De la disciplina al cariño: ¿Qué tipo de crianza practicas?"

Criar a un pequeño nunca ha sido una tarea fácil. La forma en la que se cria a un hijo influye completamente en su desarrollo emocional, social y cognitivo. Existen diferentes tipos de crianza que oscilan entre una crianza más estricta hasta la crianza más flexible. Pero, ¿cómo saber cuál es el mejor estilo de crianza? En esta sección, exploraremos las características de cada estilo de crianza y los impactos que tienen en cada niño.

Según Velásquez (2020) existen múltiples estilos de crianza. Uno de ellos es el autoritario, que se caracteriza por un control estricto, con muchas reglas impuestas sin espacio para el diálogo o la flexibilidad. Los padres que lo practican suelen ser poco afectuosos y distantes, priorizando la obediencia a través de castigos, tanto físicos como emocionales. 

En este ambiente, los niños suelen crecer siendo sumisos, obedientes y con baja autoestima, mostrando irritabilidad y dificultades para comunicarse. Además, las normas establecidas no pueden ser cuestionadas, lo que limita su capacidad de desarrollar autonomía y pensamiento crítico.

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El estilo de crianza permisivo se caracteriza por una actitud relajada, con alta disponibilidad y reciprocidad por parte de los padres, pero con pocos o ningún límite claro. Tienden a evitar decir “no” y permiten que sus hijos tomen muchas decisiones sin restricciones. Como resultado, los niños pueden volverse exigentes o caprichosos, con dificultades para tolerar la frustración y controlar sus impulsos. Aunque suelen ser alegres, expresivos y divertidos, también pueden mostrar inmadurez, una baja capacidad de esfuerzo y dificultades para asumir responsabilidades, ya que no han aprendido a manejar reglas o enfrentar desafíos de manera estructurada (Velásquez, 2020).

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El estilo de crianza negligente se caracteriza por la falta de atención y contención emocional y física por parte de los padres, quienes suelen estar ausentes o delegar la crianza a terceros (otros familiares, niñeros o aparatos electrónicos). Esta falta de cuidado y guía puede generar en los niños sentimientos de abandono, baja autoestima y dificultades en el desarrollo de habilidades sociales. Al crecer sin un marco de referencia claro, pueden presentar problemas de identidad y desconocer la importancia de las normas, lo que afecta su capacidad para desenvolverse de manera segura y equilibrada en su entorno (Velásquez, 2020).

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El estilo de crianza democrático equilibra el control con una alta disponibilidad y afecto, permitiendo que los padres establezcan reglas claras mientras fomentan el diálogo y la comprensión. Los niños que crecen en este ambiente reciben contención emocional y apoyo, lo que les ayuda a desarrollar una autoestima sólida, confianza en sí mismos y habilidades de liderazgo. Además, al combinar una alta exigencia con un alto nivel de acompañamiento, aprenden a ser resilientes, realistas y a no rendirse fácilmente ante los desafíos, desarrollando un mayor autocontrol y una actitud equilibrada frente a la vida (Velásquez, 2020).

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Bibliografía: 

• Velásquez, M. (2020). Estilos de crianza: una revisión teórica. Universidad Señor de Sipán. Pimentel-Perú.